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Después de la caída de
Roma en 476 d. C., hubo
muy poco progreso, causado por las dificultades económicas y le inestabilidad política; la gente no
tenía tiempo para la filosofía y la ciencia y se
enfocaron más en la religión. Pero hubo tres civilizaciones
principales que llenaron el vacío de poder causado por la caída de Roma, la civilización
Bizantina, el cristianismo
occidental y el Islam.
Entre 1050 y 1300, hubo algunos hombres
que realizaron importantes aportaciones a la ciencia y la filosofía: Avicena,
Averroes y Santo
Tomás de Aquino. Por esto los
historiadores se replantearon si de verdad fue un “oscurantismo”, por los logros de algunos personajes como Averroes o los Faylasufs quienes realizaron aportes a la química, la óptica, el tallado de lentes, etc.
Avicena demostró
que la tuberculosis y la pleuresía eran contagiosas. En su Canon de la
Medicina médicos islámicos estudiaron el cáncer y las enfermedades
de los ojos.
Los motivos de renacimiento intelectual de la alta Edad Media son varios y mejoró a partir de la escolarización. Con el papado se desarrollaron las escuelas, la situación económica prosperó, los hijos de familias acomodadas pudieron ir a la escuela porque ya
no eran sólo para el clero ya que la Iglesia no las controlaba.
La ciencia y la educación empezaron a prosperar aunque tenían dificultades,
como algunas enfermedades y la pobreza.
En este periodo destaca el surgimiento
de un gran pensador llamado Guillermo
de Ockham.
También durante la Edad
Media se descubrieron los tratados de Aristóteles por los árabes que a su paso
aportaron valiosos avances científicos; en esta parte del mundo hubo
sistemas de hospitales y una profesión médica magníficamente organizada que de cierto modo era una reminiscencia del antiguo Egipto.
La autoridad biológica durante la edad
media fue Aristóteles, considerado también autoridad suprema en otras
disciplinas.
Uno de los biólogos más distinguidos en esta época es Alberto Magno. Perteneció
a la Orden
Dominicana y se convirtió en obispo de Ratisbona. Tiempo después se inmiscuyó en el mundo de la ciencia y la filosofía. Alberto Magno fue el primero en sintetizar al arsénico.
Santo
Tomás de Aquino probablemente fue influenciado por Alberto Magno para dudar de la validez de la alquimia.
Magno
creyó al igual que Santo Tomas de
Aquino que debía sustentar las
enseñanzas de la filosofía de Aristóteles.
Desautorizó la creencia de Aristóteles de que el alma está en el corazón y sospechó que el alma estaba en el cerebro. Viajó, observó y catalogó; fue un gran pensador, estudió la geología y la física; clasificó los minerales en
categorías discretas, lo que ahora se sabe que gran parte de ese trabajo es
incorrecta.
RASGOS GENERALES DEL PERIODO BIZANTINO
En el siglo III, en el Imperio romano, se manifiesta el derrumbe del sistema de producción
esclavista. La economía y las instituciones políticas se vieron
afectadas en su totalidad.
Las provincias del este que eran más fuertes económicamente, resistieron la crisis. Las
del oeste, estaban en retroceso.
Se dispone de una producción de bienes desarrollada. Existía un intercambio
comercial hasta China. Las grandes ciudades no sufren merma en su calidad de
centros económicos, políticos y culturales. La relación
dinero-mercancías permanece invariable; la formación de explotaciones cerradas fundamentadas sobre una economía natural se produce de manera limitada. Las fuerzas
descentralizadoras fueron poco importantes y el poder imperial permaneció firme. Esto supuso un cúmulo de razones para que la crisis no se
manifestase de forma pronunciada e impidiera la ruptura con el antiguo orden
social.
En la estabilización del Imperio romano oriental, que en el siglo VI domina al territorio Imperium Romanum, se
detienen las manifestaciones destructivas esclavistas.
En el siglo VII, en la época temprana, Bizancio representa el inicio de una nueva época. Caen las formas económicas de la antigüedad tardía y surgen las producciones
feudales. El imperio
bizantino débil, no se resiste ante la cometida del califato árabe, perdiendo territorios en África y Asia. Con esta etapa inicia la historia del Estado feudal bizantino.
Surge el trabajo esclavo, principalmente
en la agricultura y la manufactura, por un Estado sustentado en la aristocracia. Bizancio fue una gran
potencia económica, política y cultural.
En el siglo XIV, se imposibilitan las
relaciones de producción en un capitalismo temprano.
El imperio bizantino cae en 1453 en manos de los osmaníes. Las contradicciones se ven
reflejadas en lo intelectual y cultural.
La actitud pasiva ganó terreno ante la realidad social en el siglo III, en forma de aspecto
ideológico apoyada por el cristianismo, gracias a esto, se exaltó la fe por encima de
la ciencia, el pensamiento racional y la investigación científica generando
limitaciones a la ciencia.
Sin embargo, durante el siglo X y XI, en el periodo feudal de Bizancio en Constantinopla y Atenas se les ordenó a los sabios recolectar toda ideología científica antigua, surgiendo compilaciones de medicina,
zoología, agricultura y veterinaria, con esto, se revivió la enseñanza universitaria.
El cristianismo necesitaba una doctrina teológicamente
fundamentada, y los “Padres
de la Iglesia” procuraron cumplir
esta tarea. Su mira estaba en los problemas dogmáticos pero se forzaban a resolver los problemas biológicos del Génesis.
El deseo común era demostrar la acción inteligente e intencionada de un Dios
creador, los más importantes el Hexameron
de Basilio Magno y Ambrosio de Milán
(335-397).
Ambos autores tratan con detalle la botánica y la zoología. Alexander Von
Humboldt resaltó la descripción hecha por Basilio, sobre cuestiones del origen y generación de los seres. Basilio observó que muchas clases
de aves no necesitan aparearse con el macho para concebir.
Entre los padres griegos la interpretación predominante fue la alegórica, expresada en una teoría de la creación simultánea; en la patrística griega tardía pasó a un segundo, la
tesis Homocrónica
(según la cual, el hombre surgió simultáneamente con todas las especias animales y vegetales como producto de
la creación divina) es influencia de la escuela
antioquena, y esta entendía de manera literal la tradición bíblica.
La figura de Agustín de Hipona (354-430) se impuso progresivamente; de acuerdo con sus ideas, los organismos vegetales y animales habían llegado repentinamente a la existencia. Para explicar dicho proceso, se apoyó de la teoría estoica de los logoi spermatikoí (fuerzas
embrionarias). Según esta teoría, Dios había depositado dichas fuerzas en el mundo
en su primer acto creador. El agua y la tierra tendrían la capacidad potencial de producir seres vivos. Esta teoría resaltó la noción
aristotélica de la generación espontánea. Al aceptar la potencia generativa otorga al agua y a la tierra,
permanecía eternamente, la teoría ampliamente difundida de la creación espontánea, sin hacer dejación de los principios cristianos. Los
Padres de la Iglesia, y Lactancio aportaron datos sobre la herencia, la
procreación y el desarrollo embrionario.
El origen del embrión se explicó, siguiendo a Aristóteles, por la mezcla de un componente con potencia generativa, es
decir, masculino ( = semen), y otro nutriente, es decir, femenino ( = catamenias),
mientras que el origen de la materia generativa se explicaba con ayuda de la
antigua teoría
seminal encéfalo-mielógena. Lactancio
niega la idea de Aristóteles, para él, el desarrollo
comienza a partir de la cabeza.
La primera compilación médica que se conserva y la más extensa, fue
realizada por Oribasio
de Pérgamo médico personal del
emperador Juliano el Apóstata. Dicha recopilación consta de 72 libros médicos que se han perdido en gran parte, contiene todas las materias de
la medicina, pero después fue resumido por Oribasio en una síntesis de nueve libros y un escrito sobre los remedios fáciles para las personas ordinarias. También hace referencia a las ideas de Galeno de
Pérgamo en ciertos capítulos. Aunque parece ser que Oribasio realizó investigaciones anatómicas, pero sólo selecciona y reúne
textos de autores más antiguos.
La manera de trabajar de los
compiladores bizantinos era muy propia, por lo que en ocasiones se presentaban
conflictos por diferentes puntos de vista como es el caso de la anatomía del útero entre Galeno y Sorano de Éfeso.
Oribasio presentó una junto a la otra sin
comentarios y sin tomar postura al respecto, porque él consideraba que su tarea era proponer afirmaciones sin agregarles de
más a las de las autoridades.
En el campo de la Embriología Oribasio reitera la doctrina del doble semen que mantenía Galeno, al igual que sus conceptos sobre el origen hematógeno del semen. Y finalmente en un fragmento de Empédocles, al cual cita, se reflejan los rasgos claros de la teoría derecha-izquierda.
Aecio de Amida,
Alejandro
de Tralles y Pablo de Egina,
tenían interés puramente práctico. Sus libros están basados en el de Oribasio y pueden
entenderse como meros manuales, pues aceptan los fundamentos teóricos. En los dieciséis libros de
medicina de Aecio no se encuentran más que datos sueltos
de Anatomía,
Fisiología y Embriología que coinciden con las ideas galénicas. Alejandro
redactó once libros y Pablo fue autor de una Epítome médica, los tres se desentienden casi por completo de las nociones biológicas de carácter
general.
Para la explicación del sexo, la Iglesia acepto la teoría
derecha-izquierda. Algunos padres estudiaron la anatomía y la fisiología del cuerpo humano. Los Padres de
la Iglesia influyeron con sus
escritos en toda la época
feudal. La desviación
sistemática del pensamiento
racional, encontró un terreno abonado en la actitud religiosa mayoritaria.A pesar del
creciente influjo de la Iglesia, las ideas biológicas no se perdieron del todo. Los conocimientos de la medicina y la biología son de inmediata importancia e influyen en la vida cotidiana.
Alejandría fue el centro
científico que marcó los primeros períodos de la historia bizantina. En el siglo III el Museion se hundió en la decadencia.La situación social
provocó el estudio científico-natural inductivo.
Los conocimientos alcanzados aparecieron
como un non plus ultra. La actividad científica de los eruditos alejandrinos se limitó a la confección de antologías y compilación.
Al hablar de las listas de “Simplicias” se muestra el desarrollo botánico bizantino
especializado, entendido debido a su
organización
léxico-medicinal.
Oribasio utiliza los escritos de Dioscórides y Galeno, los cuales fueron apoyos también de Aecio y Pablo para redactar sus catálogos de plantas medicinales.
Alejandro
de Tralles presenta una obra
con indicaciones terapéuticas para enfermedades internas e
incluye problemas zoológicos; en la “Epístula de
vermibus” trata al oxiuro vermicular y la tenia, basando su aparición en la generación espontánea.
En la Edad Media, Pablo de Egina habla de enfermedades enterozoicas como la filaria
(Drancunculus medinesis) mientras que Aecio
de Amida opina sobre las mordeduras de 52 animales venenosos de los cuales 3 pertenecen al mundo de la fábula.
Las mayores fuentes para estos temas
fueron Nicandro,
Filumeno, Aristóteles y los compiladores
médicos que abordaron la cisticercosis porcina, rabia y peste,
así como el uso de remedios terapéuticos bizantinos.
Los Padres de la Iglesia:
Para apreciar las causas que determinaron el gran fracaso
de Europa por incrementar el stock de conocimientos naturales en la Edad
Media, es preciso trazar la línea de desarrollo de la mentalidad
medieval. Primero hemos de hacernos cargo de las líneas generales de la teología dogmática
y moral del cristianismo confeccionada por los primeros Padres
con elementos de la Biblia hebrea, de la filosofía
griega, de las religiones de misterios y de los ritos primitivos inherentes a
ellas. Luego debemos seguir los cambios operados en las doctrinas
resultantes tal como las moldeaba cada generación sucesiva para convertirlas en
instrumentos de controversia
contra los paganos o herejes. Entonces comprenderemos por qué el cristianismo patrístico
y de principios de la Edad Media fue enemigo declarado de la cultura profana;
por qué la filosofía
se convirtió en la «ancilla theologiae», en la criada de la teología, y por qué desaparecieron las ciencias
naturales de la faz de la Tierra.
Las primitivas filosofías griegas se basaban decididamente en la
observación del mundo visible. Sócrates y Platón
dieron a la investigación un giro en profundidad, transportando el estudio de
los fenómenos al de las realidades subyacentes, el de la filosofía
natural al de la metafísica,
de tendencia idealista y mística. «La mente
griega se quedó encandilada con sus propias creaciones.» Para Platón sólo adquirían realidad
los hechos externos —lo mismo los de la naturaleza
que los de la vida e historia humanas— cuando los percibía la mente. Es claro
que una filosofía así no podía fomentar una observación concienzuda y sin
prejuicios de la naturaleza o de la historia.
Aristóteles demostró más interés
en la observación de la naturaleza que Platón, si bien el punto fuerte de Aristóteles
estaba más en la metafísica y en la lógica
que en la ciencia, y dentro de ésta más en la biología
que en la física. El creó la asignatura de la lógica, y, al menos en biología, mostró el recto camino de la observación independiente. En el siglo VI
sus escritos habían pasado de moda, y por espacio de unos setecientos años casi
lo único que se conservó de él fueron algunos comentarios sobre su Lógica.
Desde el tiempo de Plotino el Alejandrino—✝ 270 p. C. —hasta
Porfirio—✝ 300—y Jámblico—✝ c. 330--, la
filosofía se fue alejando cada vez más de la física
y de la experimentación y ocupándose cada vez más de ideas místicas. Plotino vivió en el cielo puro de la «metafísica caldeada con éxtasis ocasionales», y consideró como bien supremo la contemplación suprarracional de
lo Absoluto. Porfirio, y más todavía Jámblico, llevaron a la vida práctica en
sus escritos esos conceptos místicos,
y su aplicación contribuyó a aumentar la credulidad en la magia
y brujería.
Así es como el neoplatonismo
fomentó y absorbió todas las supersticiones populares, toda práctica de
hechicería y astrología, y todas las ansias morbosas de ascetismo, tan
exuberantes en aquella edad decadente.
La antropología moderna ha arrojado mucha luz adicional
sobre los orígenes de las ideas primitivas, como las implicadas en las
religiones de misterio, y de sus ritos, los cuales, a
su vez, derivan de otros ritos más primitivos aún basados en la idea de que se
puede domar la naturaleza por hechicería y magia simpática.
Entre ellos pueden apreciarse ideas de iniciación, sacrificio y
comunión con los poderes divinos, las cuales aparecen en formas más complejas
en las religiones de misterio y más tarde en ciertas prácticas del dogma
cristiano, especialmente en la teoría católica
de la misa.
Pablo salvó al cristianismo de estancarse en secta judía,
condenada a una rápida extinción, al
proclamarla como religión mundial. Al crecer y difundirse, el cristianismo entró
en contacto con la filosofía griega; la labor principal de los primeros Padres
de la Iglesia consistió en armonizar esa filosofía con las enseñanzas
cristianas.
Entre los Padres latinos el que ejerció una influencia más
profunda y prolongada en el pensamiento cristiano fue San Agustín—354-430—. Sus
Confesiones y su Ciudad de Dios figuran entre los libros clásicos cristianos más famosos.
Acaso ya en la edad patrística se empezó a proyectar un poco más lejos el fin del mundo; pero el día del
juicio seguía a las puertas, y para cada hombre particular la muerte
representaba la entrada real en el misterio
del mundo futuro y en el horror de las sombras. La oscuridad cubría la
civilización de los países antiguos, y una densa tiniebla el espíritu de los
humanos, hasta casi oscurecer el único rayo trascendente del mensaje de
esperanza y reconciliación de Cristo.
El Imperio romano murió, pero su alma siguió alentando
en la Iglesia Católica, la cual se apropió su armazón y sus ideales universalistas. El obispo de Roma encontró inmensamente fácil hacerse con la primacía del mundo y estrechar cada vez más
los lazos de la uniformidad, pues hasta los bárbaros se habían acostumbrado a
mirar a Roma como su metrópoli, su Ciudad Santa, y al César como a su jefe
semidivino. Desde un punto de vista filosófico la Iglesia Católica fue la última
obra creada por la civilización helénica; y
desde el punto de vista político y orgánico fue la «prole» y la heredera del Imperio romano autocrático.
Periodo Bizantino
Zoología y ganadería.
En
el periodo bizantino faltaron las condiciones objetivas para un mayor desarrollo, del ejercicio práctico
de los médicos bizantinos, de apoyarse en los fundamentos del sistema
científico.
En
la antigüedad tardía
sale a la luz un punto culminante para la doctrina elaborada por Galeno, en el
estudio de la zoología, que se da por terminada
en el helenismo tardío: la
investigación científica inductiva . Esta incipiente forma de razonar, fue suplantada por estudios paradoxograficos. Por la falta de investigación autónoma se perdieron los materiales del estudio científico metódico de la naturaleza viva a los que había dado
forma por primera vez Aristóteles y sus discípulos.
La zoología del periodo
bizantino enlazó en lo esencial con esta tendencia,
reforzada por la influencia del cristianismo.
Hay una obra cristiana temprana Physiologus, cuyos contenidos son
un índice de las ideas sobre la naturaleza, y en especial sobre el mundo
animal. Este escrito, rico en contenidos simbólicos y moralizantes, ejerció una
enorme influencia como «libro de lectura y manual científico, de la Edad Media». Este influjo es claramente
perceptible no sólo en la literatura teológica sino en casi todas partes donde se hablase de problemas zoológicos.
Escritos zoológicos especializados
Los escritos utilizados específicamente
sobre el mundo animal fueron escasísimos en el periodo
bizantino. Se hizo costumbre investigar sobre temas
zoológicos pero literalmente, ya que no investigaban propiamente. Se apoyaban
con los autores por ejemplo: la obra Dí plantarum et animalium
proprietate (Propiedades de las plantas y de
los animales), atribuido al patriarca Cirilo de
Alejandría;s, donde hablaba sobre anatomía
y fisiología animal, mientras otros contenían temas medicinales y cómo
tratarlos.
Timoteo
de Gaza (c. 500) es el autor de otro escrito dedicado específicamente a los
animales, esta literatura fue escrita e inspirada en 4 libros, con un contenido
sobre unos sesenta vertebrados
terrestres, la mayoría son naturales de la india, la
copilacion sobre la obra son de Aristóteles . En el siglo XII Juan Tzetzes escribió una serie de escolios a
los Theriaca (Remedios contra mordeduras sobre animales venenosos) y a los Aíexipharmaca
(Contravenenos) del poeta
Nicandro, en los que se encuentran numerosos datos
zoológicos.
Las
historias de animales de eliano influyeron muchísimo capítulos en los que describe sobre
peces, pájaros y mamíferos. En otra obra tratada sobre descripciones breves
sobre los elefantes en el aspecto externo y costumbres sobre este animal de
aditamentos mitológicos.
La zoología en obras misceláneas
El comercio bizantino estaba basado
principalmente en la producción y la elaboración de tejidos, dependían de
importaciones exteriores como China e India.
Indicopleusta
(siglo VI), quien con su obra
se propuso escribir hizo una interpretación cristiana acientífica, explicando a
la Tierra como una plataforma e influyo en ideas medievales
En
el libro
XI el mundo animal de Etiopía, la India
y Ceilán como: rinoceronte, búfalo índico, jirafa, yak, cabra almizclera, hipopótamo,
foca y tortuga.
Epopeyas de animales
Hacia los siglos
XIII-XIV aparecieron en la literatura
popular bizantina. El poema más antiguo de este tipo es el Pulologos (Libro
de los pájaros), compuesto por 670 versos sin rima.
Estrechamente
emparentada con el Pulologos está la historia de los cuadrúpedos, que
describe una asamblea de tales animales
bajo la presidencia del león y del elefante. Otro representante de este género
literario es la historia versificada del burro, el lobo y la zorra.
Literatura cinegética
La caza practicada como deporte era de las favoritas de los bizantinos, con perros guepardos y halcones.
De la cetrería no se encontraron muchos escritos se cree que por escasa difusión.
En
la literatura bizantina basada en autores antiguos apareció una rama nueva de escritos
sobre halcones
De
los más importantes encontrados está el tratado bizantino sobre halcones
y cetrería (Hierakosophion)
Del
siglo XIII del autor al Demetrio
Pepagómenoal que se le atribuía también el (Kynosóphion).
Más tarde se deduce que Demetrio tomo sus datos de las mismas fuentes griegas
bizantinas por lo que no se le concedió el título de «fundador de la terapéutica ornitológica».
Ganadería y veterinaria
El
trabajo agrícola fue la causa de que en Roma apareciese una extensa literatura
científica
Esta
literatura, en la que, como es natural si se tiene en cuenta el objetivo de
tales escritos, se trataban también cuestiones de ganadería
El
texto bizantino de agricultura más conocido es la refundición de anteriores escritos agronómicos
encargada por Constantino
VII Porfirogéneta en el siglo X,
podemos encontrar extensos fragmentos de los dos autores bizantinos tempranos
Los
escritos especializados en veterinaria son, al contrario de la literatura
agronómica, un producto del final de la Antigüedad. Todo lo existente hasta
entonces sobre esta materia aparecía sólo de manera marginal en escritos zoológicos o médicos mas importantes de la
antigüedad
La
última redacción,
conservada hasta hoy, parte igualmente de una sugerencia de Constantino VII
Porfirogéneta. Se trata de
una recopilación compuesta de 130 capítulos que reúne los trabajos de muchos médicos
de animales o de sabios que habían escrito sobre veterinaria
Se
reconoce con total claridad la influencia en la veterinaria de las ideas
predominantes sobre medicina humana. Junto a abundantes préstamos en el ámbito teórico (fisiología galénica, etiología de las enfermedades, etc.),
BOTÁNICA Y
AGRICULTURA
Los
bizantinos
tuvieron por el mundo vegetal aún más determinado por consideraciones prácticas
que el que prestaron al de los animales.
La
contribución científica de los bizantinos a la botánica fue muy reducida, la
importancia de sus escritos se ha de considerar muy elevada.
Botánica
medicinal
Los
conocimientos médico-botánicos en el período alejandrino de la medicina bizantina de sus principales representantes, los grandes compiladores
médicos.
El epítome De curatione morborum (La cura de las enfermedades), del
médico Teófanes Nonno (siglo x), realizado asimismo por encargo de Constantino VIl Porfirogéneta, que contiene, una exposición completa de la farmacopea conocida.
Miguel Psellos y Juan Actuario (siglo XlII) aportan en sus escritos datos botánicos
sobre plantas medicinales. El escrito Syntagma
de alimentorum facultatibus
(Recopilación alfabética de las facultades curativas de los alimentos)
Simeón Seth(segunda mitad del siglo XI), el primer autor bizantino, en
utilizar fuentes árabes.
Neófito
Prodomeno (sIglo XIV). Estos eruditos, para su tarea de recopilación y organización del material botánico,
se basaban en documentos literarios anteriores.
Los
bizantinos hicieron con sus innumerables ilustraciones de plantas:
Un manuscrito del siglo VI dedicado a Anicia Juliana, esposa del antiemperador bizantino Olibrio.
Junto con las ilustraciones de la obra farmacológica botánica de Dioscórides, que representa la parte principal de este conocido códice,
denominado por tal razón entre los especialistas como el «Dioscórides de Viena»
Obra agronómica más importante del mundo bizantino, de 30 autores, redactada en el siglo X por indicaciones de Constantino XII porfirogeneta.Geopónica (De re rustica) como base se utilizó la enciclopedia agraria.
Compuesta
por 20 libros de los siguientes temas:
3.
De las diversas tareas agrarias adecuadas a cada mes
4-5.
Del cultivo de la vid
10-12. De la horticultura
14. De palomas y otras aves
15.
De las simpatías y antipatías naturales, y de la gestión de las abejas
18.
De la cría de ovejas
20.
De los peces
En
el siglo XVI & XVII entro a formar parte de los llamados hipiátrica (cfr. 3.1.3.5)
LA EDAD
OBSCURA
Tras hundirse la civilización de los siglos VI y VII y quedar
enterrado el sentido crítico, pocos vestigios de cultura sobrevivieron, entre
estas las obras de Boecio, el último pensador Romano que mantuvo el
espíritu de la antigua filosofía.
Boecio escribió sobre Aristóteles y Platón,
también tratados matemáticos sobre
aritmética, geometría, música y astronomía. Los escritos de Boecio fueron la única
ventana al pensamiento crítico en la antigua Grecia.
Boecio fue el último romano, pero fue el primero de los escolásticos por iniciar
la clasificación de las ciencias y por suministrar material adecuado para dar continuidad a las tres ramas de
ciencias: Las naturales, las matemáticas y teología ultima que defendió Tomás
de Aquino.
La definición que propuso
Boecio de "persona": "naturae rationalis individua
substantia" (naturaleza racional de la sustancia de un individuo) se
conservó hasta el fin del período escolástico. Con
la desaparición de Boecio y Casiodoro,
se esfumó de la tierra el espíritu clásico.
El emperador
Justiniano mandó cerrar en el año 529, las escuelas de
filosofía fundadas por Platón en Atenas,
en las que se enseñaba un neoplatonismo místico medio cristiano: con ello
pretendía borrar los últimos vestigios de la enseñanza filosófica pagana, y suprimir
toda competencia con las escuelas cristianas oficiales.
El Imperio Bizantino conservó un fondo de civilización
durante la época más dura de barbarie que atravesó Europa
occidental. Sus ejércitos eliminaron a los godos
de Italia,
y sus jurisperitos codificaron
el derecho romano en las Instituciones de Justiniano. Basado en
los principios del estoicismo, el Derecho romano proponía un ideal de orden
racional, sobreviviendo al caos medieval y contribuyendo a la formación de Cánones en Iglesia
Universalista, heredera del Imperio
Romano, y tiempo después, la síntesis intelectual de la escolástica.
También, los conocimientos que se salvaron en Bizancio
procedentes de los tiempos clásicos brillaron, generando una renovación
cultural en el Occidente. A pesar de ello, la ruptura con el
pasado había sido mucho más radical de lo esperado del fin del influencia civilizadora de Grecia y del poderío romano. No sólo quedaron arrasadas Atenas y Roma como estados políticos y estructuras sociales, aparte se
extinguió la raza de los artistas y filósofos griegos y los legistas y
administradores romanos.
Los principios de la decadencia de roma se atribuyen a distintos
factores.
Las minas de oro y plata en Grecia y España comenzaron a fallar.
El tesoro del imperio se redujo en tiempo de Justiniano a unos 80
millones de libras esterlinas. En tiempo de Agusto calculan que equivalía a
unos 380 millones
Subió el valor adquisitivo y renumerativo de la moneda
La industria de producción y la agricultura dejaron de ser
rentables
Los impuestos se hicieron abrumadores
Se estimularon las importaciones de países como Egipto y Libia,
situados fuera del área del desequilibrio monetario
Se dejaron de cultivar las tierras romanas.
El historiador Alison señala el transtorno económico producido por
la escasez de moneda corriente.
Cuando cesaron los cultivos y el avenamiento en ciudades y campos,
se inhabilitaron muchas zonas por la malaria,
el descenso del índice de natalidad y la sangría humana, ocasionada por las
guerras eliminó a los mejores de cada generación, todo eso junto con el rechazo
y la supervivencia de los menos capaces descendió el nivel cultural y mental de
las naciones. En la catástrofe influyeron factores como militares, económicos y
raciales. Tal vez con el derrumbamiento de Roma se dio inicio a que
surgieran nievas civilizaciones, nueva naciones con ideales marcados de entre
la mezcolanza de razas del decadente Imperio universalista. Esas naciones tendrían la
labor de reconstruir el orden social y especializar las capacidades
intelectuales antes de preparar el terreno abandonado donde pudiera germinar y
crecer el árbol de la ciencia y filosofía científica.
Durante la tétrica Edad
oscura vemos apuntar en sitios esporádicos de Europa pequeñas
plantas de conocimiento luchando en busca de la luz y no quedar en el olvido.
Es probable que continuasen funcionando en las largas ciudades algunas escuelas
profanas para la enseñanza de tal conocimiento
la aparición de los monasterios se presentó la ocasión de una vida tranquila y holgada para la unión de ideas, es
donde empezaron a observarse los primeros signos del nuevo desarrollo cultural
la Iglesia no pudo despreciar las artes curativas como otras ciencias
rechazadas al principio fue una mezcla
de magia y de un leve tinte de ciencia antigua. Los benedictinos al estudiar
algunos compendios de las obras de Hipócrates y Galeno
tomaron beneficios de estos y, gradualmente fueron difundiendo el conocimiento
de los escritos. El primer nuevo centro cultural de carácter secular aparece en
las escuelas de Salerno, una ciudad situada al sur de Nápoles aquí salieron
muchas compilaciones, basadas en los escritos de Hipócrates y Galeno
algunas traducciones de obras arábigas,
y así continuó floreciendo su escuela hasta el siglo XII, por lo que es posible
que tengamos aquí un empalme directo e ininterrumpido entre la cultura del
mundo antiguo y la del moderno.
LA
ESCUELA ÁRABE.
En
Constantinopla
y en otros países comprendidos entre Siria y el Golfo
Pérsico sobrevivía
un considerable fondo cultural de origen mixto greco-romano judío. Sus primeros
centros fue la escuela persa de Jundishapur, sirvió de refugio a los cristianos
nestorianos
en 489 y a los neoplatónicos
que abandonaron Atenas
cuando les cerraron la Academia de Platón en 529, Platón
y Aristóteles
sobre todo, la filosofía griega entró en contacto con las de India, Siria y
Persia, dando ocasión al desarrollo de una escuela de medicina que sobrevivió hasta
el siglo X. Entre 620 y 650 los árabes conquistaron Arabia, Siria, Persia y
Egipto, estimulados por Mahoma. Ciento cincuenta años más
tarde Hārün al-Rashid,
estimuló la traducción de los autores griegos, con lo que contribuyó a iniciar
el gran período de la cultura árabe. El sistema atomístico de Epicuro
y los problemas del tiempo y del espacio planteados por las paradojas de Zenón
estimularon el pensamiento musulmán
aunque también es posible que influyera en él, el atomismo budista de la India.
Según el Corán, Alá
creó y sostiene el mundo, el cual sólo tiene una
existencia secundaria en la existencia absoluta del Creador.
La filosofía griega, neoplatónica y aristotélica, y por
influjo también de otra escuela islámica de pensamiento, se modificó esa
concepción ortodoxa. Otra escuela islámica añadió al panteísmo unilateral
implícito de Mahoma. Así
llegó a la idea complementaria de que a su vez el cosmos
es Dios. El tercer grupo elaboró una teoría del tiempo parecida a la filosofía
atomística budista de la India, si ya no es que la tomó de ella. El mundo se
compone de átomos exactamente iguales, que Alá
crea de nuevo a cada momento. El hombre no es más que un autómata cinematográfico. Así se transformó en un monoteísmo
radical el sistema de Epicuro
aparentemente ateo. La
ciencia islámica se fue desarrollando a medida
que decaía la cristiana en el siglo VIII había pasado definitivamente la hegemonía
de Europa al Próximo Oriente. En el siglo IX mejoraron las escuelas árabes de
medicina, realizaron una labor en esa química primitiva que era la base de la alquimia.
La química práctica primitiva
se ocupaba de las artes de la vida tales como el Trabajo de los
metales y la preparación de drogas. Puede decirse que los Alquimistas
alejandrinos del siglo I fueron los pioneros en
plantear y abordar los Problemas químicos.
Después seis siglos más tarde Vinieron
los árabes a continuar su obra. Los alquimistas posteriores se propusieron dos grandes objetivos absolutamente Quiméricos:
la transmutación material de metales
inferiores en oro y la Preparación de un
Elixir vitae
Capaz de curar todos los males humanos. Aunque su Investigación estaba
condenada al fracaso, adquirieron de paso muchos conocimientos Químicos auténticos
y descubrieron muchos remedios útiles. Los alquimistas
árabes basaron sus conocimientos iniciales en dos fuentes:
en la Escuela persa y en los escritos
de los griegos alejandrinos, Los pueblos de habla Árabe estudiaron la
alquimia durante setecientos años; sus centros principales de Investigación
estuvieron primero en Irak y después en España. Estos hombres Transformaron
la alquimia en química,
de la que se derivó la química europea de la Alta Edad Media, El alquimista y
químico árabe más famoso fue Abu-Musa-Jābir-ibn-Haiy
ān, que Floreció
hacia 776 y que se cree fue el autor
original de muchos escritos que aparecieron Más tarde en latín y que se
atribuyeron a cierto simbólico «Geber»
de fecha imprecisa. Llegó Berthelot
a la conclusión en 1893 de que los conocimientos de Jābir
eran muy inferiores a los del «Geber» latino. Pero Holmyard y
Sarton afirman que otras obras arábigas, aún
sin traducir, revelan que Jābir Fue mucho mejor químico de lo que se figuró Berthelot.
Parece que preparó carbonato de Plomo,
y separó el arsénico y antimonio de sus sulfitos; describió el refinamiento de
los metales, la preparación del acero, el teñido de Telas y cueros, y la destilación del
vinagre para obtener el ácido acético
concentrado. Sostuvo que los seis metales conocidos se diferenciaban por la
diversa proporción de Azufre y mercurio que entraba en su composición. En la
historia de la química reviste importancia capital la idea de que los
principios Del azufre o fuego y del mercurio o líquido constituyen elementos
primarios. Esta idea parece haber nacido del descubrimiento de que la combinación
de mercurio y azufre Producen sulfuro de rojo brillante.
Así como la plata es blanquecina y el oro amarillento, así el rojo debe
corresponder a algún elemento más noble y fundamental que el oro. La teoría de que el azufre, el mercurio y la
sal constituían los principios Primordiales de las cosas se mantuvo como una
alternativa de la teoría de los cuatro Elementos de Empédocles y Aristóteles. En el
siglo lX hubo una controversia sobre la creciente
importante de la química y el valor real de la alquimia. Gracias a la traducción al árabe
de los elementos de
Euclides y la obra sobre la astronomía de Tolomeo.
Y por consecuencia la geometría
y astronomía griega
entró al mundo musulmán. Fue en Grecia donde se inventaron los numerables hindúes
de donde llego a los árabes y crearon el sistema
numeral Ghubar, este se difundió en el mundo del comercio musulmán
y resultó ser tan práctico que la gente se acostumbró. Aparecieron algunos
autores que aprovecharon las obras de los griegos para hacerlos pasar por su
propia mercancía. Así como Job de Edessa que escribió
una enciclopedia de filosofía y ciencias naturales. La obra de Tolomeo fue
inspiración de astrónomos;
entre ellos Muhamed-al-Batani,
quien volvió a hacer cálculos sobre la precisión de los equinoccios
y trazó una serie de tablas astronómicas; otro de ellos fue Ibn Junis,
que ya había conseguido progresos en trigonometría
y registró observaciones de eclipses
solares y lunares. Puede decirse que el período clásico de la ciencia árabe empezó
a partir del siglo x con la labor médica del persa Abu Bakr al-Razi,
conocido en Europa con el nombre de Bubakar o Razes; ejerció en Bagdad
y compiló muchos manuales enciclopédicos, entre ellos un tratado famoso sobre
el sarampión y la viruela. El más eminente de los físicos muslímicos fue Ibn-al-Haitham
—965-1020—, el cual trabajó también en Egipto
bajo al-Hakim.
Su obra principal la realizó en el campo de la óptica; imprimió un gran avance
al método experimental. Otro contemporáneo, no tan conocido, pero de no menor
talla mental, fue al-Bīrūni,
filósofo, astrónomo
y geógrafo, que vivió de 973 a 1048. Tomó mediciones geodésicas
y determinó con cierta precisión latitudes y longitudes. El árabe
era la lengua clásica de la cultura en esta época. Constantino el Africano fue el primer traductor de
textos arábigos al latín. Promovió los
conocimientos arábigos a las naciones latinas. En el siglo XI apareció la obra algebraica de Omar
Khayyam y los escritos teológicos de Al-Ghazali. El cual realizo en el mahometismo
la obra sintetico-filosofica que Tomas de Aquino hizo en el cristianismo. A fines
del siglo XI la cultura árabe y musulmana empezaron a decaer y la ciencia fue
de exclusiva fabricación europea. A causa de las rivalidades de los príncipes y
generales mahometanos y la desintegración de las familias árabes nobles, se
hizo imposible establecer un imperio árabe estable. Las provincias lejanas del
imperio se fueron dividiendo y reafirmando su independencia política. España
fue donde dio mejores resultados el cruce de las civilizaciones judía,
árabe
y cristiana. Entre 418 y 711 floreció en España el reino visigodo occidental,
imponiendo la ley y el orden desde su capital Toledo. Los sefarditas habían
preservado las tradiciones de la cultura
alejandrina, Y así continuó la cosa después
de la conquista de España por los mahometanos en 711. El escolasticismo muslímico ortodoxo,
con su teología filosófico-racional, fue fundado por el persa al-Gazz ā li, que
floreció en Bagdad. En España la fama que alcanzó
la escuela hispano-arábiga de pensamiento se debió a la obra de Averroes,
nacido en Córdoba en 1126. Averroes introdujo una nueva concepción entre la
religión y la filosofía. La religión es una fuerza personal e interior,
distinta de las generalizaciones de la ciencia «demostrativa»
y experimental. La teología, resultaba fatal para las dos, pues daba la falsa
impresión de que la religión y la filosofía eran incompatibles, y por otra
adulteraba y corrompía la religión reduciéndola a una seudociencia.
En el siglo XIII Averroes se había impuesto como una autoridad en las universidades
del sur de Italia, París y Oxford; Roger
de Bacon y Duns Escoto
dijeron de él que merecía ocupar, junto a Aristóteles,
el puesto de maestro de la ciencia de la demostración. Maimónides
-1135-1204- Su principal contribución fue la construcción de un sistema escolástico-judío, intentó conciliar la teología
judía con la filosofía griega. Su obra ejerció gran influencia en la Alta Edad
Media, cuando algunos de sus seguidores consideraron la Biblia
como un libro simbólico.
La
peste
Pocos
hechos han generado tantos cambios sociales, económicos,
políticos, religiosos y culturales como la peste. Por ello se la considera como
el mayor fenómeno biológico de la historia.
Como
enfermedad contagiosa, la peste se manifiesta en forma de brotes de epidemia de
gran intensidad que afectan a casi todos los habitantes de una región,
generando una pandemia.
A
lo largo de la historia ha ocasionado tres grandes pandemias. La primera,
conocida como peste justiniana, surgió
a mediados del siglo VI en el norte de Egipto y se expandió con rapidez por
Oriente Próximo y la cuenca mediterránea, dejando un rastro de mortalidad que
los cronistas de la época tendieron a exagerar.
La
segunda, la tristemente famosa peste negra, ocurrió
en la Edad Media. Las noticias más remotas que de ella se tienen (mediados del
siglo XIV) provienen de Asia central, y hacen referencia a una de las primeras
acciones de guerra bacteriológica de la historia.
El
movimiento de tropas también facilitó la expansión de la
tercera pandemia. Comenzó probablemente
en 1855 en la provincia china de Yunnan (al sudoeste del país), no tardó en alcanzar la costa
meridional, y de ahí África, Australia, Europa y América.
Marchione
di Coppo Stefani, cronista florentino del siglo XIV, los describe en Crónica Florentina: "Un bubón
en la ingle o un pequeño abultamiento en la axila, fiebre repentina [...], se
escupe sangre y saliva [...] y ninguno de los que escupe sangre sobrevive. Era
algo tan atemorizador que cuando se apoderaba de una casa nadie solía quedar
con vida”.
La
población medieval se amparaba en la Iglesia para
defenderse de semejante enemigo, pese a que existía la noción de que el
contagio era un factor que extendía la enfermedad.
Solían
emplear las hierbas como recurso contra los desajustes corporales y el vinagre
como agente desinfectante, ya que creían que mataba la enfermedad. También
realizaban intervenciones quirúrgicas
localizadas.
La
posibilidad de que el mal se extendiera a través
de las ropas o las camas de los enfermos condujo a su desinfección o quema.
Asimismo, se estableció por primera vez la cuarentena* para lograr la
salvaguardia de la comunidad. Las autoridades municipales aislaban los hogares
de los enfermos, prohibían cualquier contacto con ellos y se encargaban de
suministrarles alimentos. A los fallecidos se los enterraba en las afueras de
la ciudad, donde se los trasladaba en carro; sus casas eran fumigadas con
incienso y hierbas aromáticas, sustancias consideradas purificadoras y
desinfectantes; y sus pertenencias, incineradas.
El
pensamiento médico europeo del Renacimiento estuvo dominado por
lo que el historiador italiano Carlo Cipolla ha denominado el paradigma miasmático. Se creía que el contagio surgía de la
exposición al aire insalubre y "corrupto", y que la pestilencia
indicaba la presencia de miasmas (emisiones de partículas malignas) que podían
provenir de una gran variedad de sitios (marismas, charcas estancadas, cuevas,
volcanes, cuerpos putrefactos...).
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